LOS VALORES
Los valores son las normas de conducta y
actitudes según las cuales nos comportarnos y que están de acuerdo con aquello
que consideramos correcto. Todos los padres deseamos
que nuestros hijos se comporten de forma
educada, pero sin que se conviertan en niños temerosos o conformistas, ni
transformándonos nosotros en padres exigentes y quisquillosos. Hay algunos
valores fundamentales que todas las personas debemos asumir para poder convivir
unos con otros y que son importantes tener siempre presentes y cumplir sin
perjudicar a nadie.
Durante los primeros años nuestros
hijos aprenden tanteando el terreno y probando cosas. A través de pequeños actos, nuestro
hijo va percibiendo qué está bien y qué no debe hacer. A partir de la edad de 3 años, ya saben ver en otros niños lo que
hacen mal y lo que hacen bien: “ Miguel es muy guapo porque me da
besos” o “ David se porta mal porque da patadas”. A partir de los 5 y 6 años, los niños tienden a mirar a los
adultos y ver en ellos el claro ejemplo de lo correcto: por eso
intentan ser como ellos y comportarse como ellos. De esta manera aprenderán
mucho sobre valores.
La adquisición de buenos valores
depende, como casi todo en la vida de nuestro hijo, de sentirse querido y
seguro, de desarrollar lazos estables con sus padres y de tener confianza en sí
mismo. Sólo
sobre una base de amor y seguridad podrá aprender e interiorizar los valores
éticos correctos. Lo más importante: el ejemplo que dan los padres en su forma
de relacionarse con los demás, de pedir las cosas, de ceder el asiento, de
repartir lo que les gusta, de renunciar a algo, de defender a alguien, etc. Un
comportamiento de los padres que transmite tolerancia, respeto, solidaridad,
confianza y sinceridad empapa a los hijos de todos estos valores y aprenden a
actuar respetándolos siempre. 

HONESTIDAD
"Es una forma de vivir
congruente entre lo que se piensa y la conducta que se observa hacia el
prójimo, que junto a la justicia, exige en dar a cada quien lo que le es
debido."
Con toda seguridad, una de las cualidades que más buscamos y exigimos de las personas es la honestidad. Este valor es indispensable para que las relaciones humanas se desenvuelvan en un ambiente de confianza y armonía, pues garantiza respaldo, seguridad y credibilidad en las personas.
No debemos olvidar que los valores deben primero vivirse personalmente, antes de exigir que los demás cumplan con nuestras expectativas.
Con toda seguridad, una de las cualidades que más buscamos y exigimos de las personas es la honestidad. Este valor es indispensable para que las relaciones humanas se desenvuelvan en un ambiente de confianza y armonía, pues garantiza respaldo, seguridad y credibilidad en las personas.
No debemos olvidar que los valores deben primero vivirse personalmente, antes de exigir que los demás cumplan con nuestras expectativas.
Una persona honesta se puede
reconocer por ser siempre sincero en su comportamiento, palabras y afectos;
cumplir con sus compromisos y obligaciones al pie
de la letra, sin trampas, engaños o retrasos voluntarios; evitar la murmuración
y la crítica que
afectan negativamente a la personalidad de los
demás; guardar discreción y seriedad ante las confidencias personales y
secretos profesionales y tener especial cuidado en el manejo de los bienes económicos
y materiales

COMPROMISO
Una
persona comprometida es aquella que cumple con sus obligaciones haciendo un
poco más de lo esperado al grado de sorprendernos, porque vive, piensa y sueña
con sacar adelante a su familia, su trabajo, su estudio y
todo aquello en lo que ha empeñado su palabra.
RESPONSABILIDAD
La responsabilidad (o la
irresponsabilidad ) es fácil de detectar en la vida diaria, especialmente en su
faceta negativa: la vemos en el plomero que no hizo correctamente su trabajo,
en el joven que tiene bajas calificaciones, y en casos más graves en un
funcionario público que no ha hecho lo que prometió.
Un elemento indispensable dentro
de la responsabilidad es el cumplir un deber. La responsabilidad tiene un
efecto directo en otro concepto fundamental: la confianza. Ponemos nuestra fe y
lealtad en aquellos que de manera estable cumplen lo que han prometido.

TOLERANCIA
El pluralismo, la diversidad y la
tolerancia son valores irrenunciables, que asumen la forma de un ideal al que
aspirar, a partir del hecho evidente de que somos distintos, y hemos de
respetarnos como somos, con opiniones, estilos de vida y valores diferentes.
HUMILDAD
Probablemente no hay nada más
chocante que la personalidad de quienes se vanaglorian constantemente de sus
propios logros, cualidades y posibilidades. Son aquellos que muestran sofisticada
ropa de diseñador, varios automóviles exóticos, una conversación plagada de
términos rimbombantes derivada de su profunda cultura, una altivez propia de la
dignidad de una familia importante.
El valor de la sencillez nos
ayuda a superar el deseo desmedido por sobresalir, sentirnos distinguidos y
admirados sólo por la apariencia externa. Nuestro interior, nuestro corazón es
lo que verdaderamente cuenta. Una persona sencilla gana más corazones.
OBJETIVIDAD
Los seres humanos somos una compleja mezcla de sentimientos, raciocinio, experiencia y aprendizaje. Todos estos elementos pueden brindar a una persona una percepción de la realidad que puede estar equivocada.
Cuando una persona no es objetiva, se centra en las circunstancias y no en los problemas. Observa las cosas superficiales, pero no el fondo.
El respeto también es una forma
de reconocimiento, de aprecio y de valoración de las cualidades de los demás,
ya sea por su conocimiento, experiencia o valor como personas.
Aquí viene, entonces, también el
concepto de Pluralidad, es decir, de las diferencias de ideas y posturas
respecto de algún tema, o de la vida misma. La pluralidad enriquece en la
medida en la que hay más elementos para formar una cultura.

SOCIABILIDAD
La sociabilidad es el valor que
nos impulsa a buscar y cultivar las relaciones con las personas compaginando
los mutuos intereses e ideas para encaminarlos hacia un fin común,
independientemente de las circunstancias personales que a cada uno rodean.
AUTODOMINIO
Este valor nos ayuda a controlar los
impulsos de nuestro carácter y nos estimula a afrontar con serenidad los
contratiempos y a tener paciencia y comprensión en las relaciones personales.
El autodominio debe comprenderse
como una actitud que nos impulsa a cambiar positivamente nuestra personalidad.
Cada día que buscamos ejercer ese señorío sobre nosotros mismos,
automáticamente nuestro carácter comienza a madurar por la serenidad y
paciencia que imprime este valor.
PULCRITUD
El vivir el valor de la pulcritud nos abre las puertas, nos permite ser más ordenados y brinda en quienes nos rodean una sensación de bienestar, pero sobre todo, de buen ejemplo.
APRENDER
El valor de aprender tiene como
finalidad la búsqueda habitual de conocimientos a través del estudio, la
reflexión de las experiencias vividas y una visión profunda de la realidad.
El valor de aprender nos
convierte en personas que tienen más herramientas para
avanzar en la vida y para ser mejores seres humanos.
Para crecer en este valor,
necesitamos tener en mente que aprender algo nuevo no es pérdida de tiempo, es
una forma de alcanzar la superación personal. Para reforzar el valor de
aprender puedes hacerte el hábito de leer al menos un libro por
mes, terminar la universidad Inscribirte
a algún diplomado, empezar una maestría, cursar un doctorado escuchar
noticieros, leer el periódico y
acercarte a medios que te proporcionen información sobre la realidad que te
rodea, comprar revistas sobre temas adicionales a tu profesión u oficio, etc.
COHERENCIA
Coherencia es la correcta conducta
que debemos mantener en todo momento, basada en los principios familiares,
sociales y religiosos aprendidos a lo largo de nuestra vida.
Con este valor somos capaces de
cumplir con mayor eficacia nuestras
obligaciones, pues hace falta ser honesto y responsable; en nuestras relaciones
personales es indispensable para ser sinceros, confiables y ejercer un liderazgo positivo;
para nuestra persona, es un medio que fortalecer el carácter y desarrolla la
prudencia, con un comportamiento verdaderamente auténtico.

SACRIFICIO
El valor del sacrificio es aquel
esfuerzo extraordinario para alcanzar un beneficio mayor, venciendo los propios
gustos, intereses y comodidad.
Debemos tener en mente que el sacrificio es un valor muy importante para superarnos en nuestra vida por la fuerza que imprime en nuestro carácter. Compromiso, perseverancia, optimismo, superación y servicio, son algunos de los valores que se perfeccionan a un mismo tiempo, por eso, el sacrificio no es un valor que sugiere sufrimiento y castigo, sino una fuente de crecimiento personal.
Debemos tener en mente que el sacrificio es un valor muy importante para superarnos en nuestra vida por la fuerza que imprime en nuestro carácter. Compromiso, perseverancia, optimismo, superación y servicio, son algunos de los valores que se perfeccionan a un mismo tiempo, por eso, el sacrificio no es un valor que sugiere sufrimiento y castigo, sino una fuente de crecimiento personal.
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